Ninguna empresa está inmune a eventos de fraude, deliberados o no. La alta administración y dirección podría no estar preparada para afrontar estas situaciones, lo cual podría dañar gravemente su reputación, sus finanzas y amenazar su sostenibilidad, además de las contingencias legales y penales que podrían imponerse.
Algunas cifras de nuestra encuesta mundial sobre delitos y fraudes económicos 2020 muestras algunos hallazgos preocupantes:
Basado en el conocimiento de la industria, abordamos la gestión del riesgo de fraude sobre cuatro pilares, para asegurar una solución sostenible con resultados de impacto:
El acertado entendimiento de la situación de partida a nivel organizacional permite una eficiente articulación de los esfuerzos:
Cada sector e industria tiene características propias. Saber identificar los puntos críticos en base a la experiencia previa genera un importante valor agregado al cliente:
El aprovechamiento y correcta combinación de tecnologías permiten lograr mejores resultados con menores costos operativos:
Consolidar un enfoque preventivo genera beneficios económicos concretos para las organizaciones y debe estar sustentado en un enfoque de monitoreo efectivo: